Poco sé de este poeta. Yo creía, erróneamente, que era argentino pero es peruano. Visitando ahora la Wikipedia me entero del porqué de mi confusión: nació en Arequipa (Perú, efectivamente) pero murió en Buenos Aires. Difundió en nuestro medio la obra de Freud y las vanguardias, de las que formó parte. Pero no es la idea de este espacio perder tiempo con cháchara biografista. Aquí, la poesía, más aún, el poema, deben ser los protagonistas. El que sigue es una auténtica poética, un género que me interesa cada vez más profundizar y analizar:
Mejor es que los ojos como lámparas trémulas se apaguen
que los sonidos sean transportados a donde nunca se los oiga
que no acepten el vuelo los vocablos
que no haya casos cuando yo poeme
Pido la cesantía de las buenas costumbres del lenguaje
la defunción de la gramática
el aniquilamiento del sentido doméstico en el canto
exijo ausencias cuando yo poeme
Propugno el culto de la errata
el celeste relámpago de la equivocación
el juego mágico de malentendidos entre versistas y leyentes
para que juntos poememos en perseveración de este prodigio.
El poemar repuebla al tiempo
acrecienta al espacio de perspectivas y alrededores
y en tanto que se espacia poemando
se tiempa para siempre quien poema
Alberto Hidalgo
Antología personal, 1967.
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