11 de abril de 2021

Versitos, sólo versitos

El poeta Osvaldo Bossi tiene el buen tino de compartir estas reflexiones (suerte de artes poéticas) en su muro de Facebook cada tanto. Las dirige a Robin, como si fuera Batman el que habla, en una notable y bienvenida transgresión (que no otra cosa es la poesía según nos contara Susana Reisz de Rivarola en las clases de Teoría Literaria I hace ya tanto tiempo), dado que le quita así toda la pátina de solemnidad que estos dichos podrían tener y les imprime un toque pop de lo más interesante. Como estas alocuciones están perfectamente bien escritas, el mensaje llega y cada tanto las he compartido tanto en mi muro como en una de mis páginas de FB (Taller de Poesía, concretamente). Sin embargo, hoy compruebo con pesar que, según las estadísticas que brinda FB (en las que de todos modos mucho no confío, pero bueh...), nadie ha visto ni ha interactuado con la publicación en la que compartí esta excelente reflexión. A ver si por este medio hay más suerte, porque vale la pena leer esto, sobre todo para quienes están comenzando y a veces se les confunden un poco los tantos. 
Haga poesía, no haga ni «Arte» (en el sentido en que lo escribe Girondo en sus «Membretes») ni haga panfletos inflados de ideología bienpensante o políticamente correcta. Deje esas minucias que nada tienen que ver con la poesía para el lugar que correspondan. Le aseguro que la poesía no es.

VERSITOS, SÓLO VERSITOS

Robin, cuando leas un poema lleno de sentido, atravesado por alguna ideología, cerrá el librito y rajá para otro lado. O es falsa poesía, o poesía para que caigan los giles (ayer vi la película sobre Tita Merello y usa mucho esta palabra, graciosa y a la vez tan precisa). Los temas importantes, comprometidos, son así, Robin. Se llevan todos los aplausos, pero el lenguaje (que es la materia de la que están hechos los poemas) se empequeñece o sólo sirve para transportar enormes mamotretos. Al menos en poesía, sentido y forma van juntos, pero sobre todo el sentido es forma. Ni adorno, ni falsa belleza, sino la cristalización de una materia que, si se tiene suerte, al ser tocada por el lector, libera algo, y no al revés. ¡Madonna santa! ¡Finíshela con tanto mensaje! El compromiso político, como ciudadanos, es una cosa, y la poesía es otra, ¿no te parece? Si uno, por esos casuales tiene algo para decir, ¿por qué no lo dice directamente? Por ejemplo, si yo le quiero decir a un chico que me gusta, o yendo más lejos, que lo amo. En fin, si quiero que el mensaje le llegue, no escribo un poema, que dice siempre otra cosa e incluso lo contrario. Lo invito a tomar una cervecita o un café y que sea lo que Dios quiera. La poesía se nutre de la vida que nos rodea y de nosotros mismos, es cierto, ¡pero es poesía, Robin! No es «la verdad» revelada. Como dice mi querida Diana Bellesi, simples o complicados «versitos»... ¡Pero versitos, Robin, versitos, nada más! Me acuerdo de un poema que viene al caso, de Patrizia Cavalli, que dice así: «Alguien me ha dicho / que mis poesías / no cambiarán el mundo./ Yo les respondo que en verdad sí / que mis poesías / no cambiarán el mundo». ¿No es hermoso? Nada más ligero y más contundente que eso.

Facebook, 28 de noviembre de 2017.


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