29 de marzo de 2021

Delicadas gemas: los haiku

Creo que cuando inicié el CdP mi conocimiento del haiku todavía era bastante escaso y no iba más allá de los más conocidos de Bashô, como el que ilustra este posteo y algún otro. Pero muy prontamente habría de superar ese desconocimiento y adentrarme en su estudio y ejecución, aunque esto último con suerte muy varia. No obstante, el haiku, esa delicada gema poética de origen japonés, siempre me pareció una hermosa puerta de entrada a la poesía, especialmente para aquellas personas más refractarias a ella. Al carecer de rima (pero no de ritmo, atención), al ser breve y al estar escrita en un lenguaje sencillo (no por ello menos poético o acendrado) hace que quienes se sienten intimidados por algunas otras cualidades de la poesía (como la machacona rima rubendariana o becqueriana, o la torrencialidad y largueza de un Whitman, o la hermética oscuridad de un René Char) puedan acercarse al hecho poético sin tanto repelús, con más calma y comprobar que la poesía, como la filosofía, nace siempre del asombro. Los haijin (quienes cultivaban el haiku en el antiguo Japón), al igual que cualquier poeta moderno que se precie de tal, se dejaban sorprender por los fenómenos de la Naturaleza a los que tenían la dicha de asistir y así dejaban ese breve asombro por escrito, en esos tres versos, en los que siempre es fundamental que aparezca el kigo, es decir, esa referencia a la Naturaleza o al momento del año. Por eso verán tanta insistencia con el otoño, el verano, las flores, los pájaros, el viento, etc. en esta selección, que extraje de una de las mejores antologías de haiku que conozco (esta). Que la disfruten.





¿Es una flor caída,
la que vuelve a su rama?
¡Es una mariposa!

Moritake


Mariposa: aleteas
¿Acaso de este mundo
desesperas?

Issa


Abre el oído,
somételo
al silencio de las flores.

Onitsura


Cuéntale al sauce
todo el odio y el deseo
de tu corazón.

Ryôto


¡Qué pena arrancarla!
¡Qué lástima dejarla!
¡Violeta!

Naojo


Tan bermejo está el sol,
tan implacable
(pero el viento es de otoño)

Bashô


En la neblina,
en amor y en tristeza enlazados,
lado a lado

Isô


Las hojas muertas
llegan de cualquier sitio
mientras muere el otoño

Shiki


¿A quién le cuento
la pena de acabarse
el otoño?

Ryôkan


Me voy
Te quedas
Dos otoños

Buson

El libro del haiku, 2005.

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